viernes, 23 de septiembre de 2011

Viejos Tiempos

Fernando Schweitzer, Buenos Aires - Actor No-TELEFEsino, Director Teatral, Cantante, Escritor y Periodista


Che... ¿vistes cómo se va el mundo? ¿Qué cosa, no? A cada día me impresionan más la gente. Parecen que están todos locos. Esas formas raras de hablar, ese desaparecimiento de las buenas costumbres. ¿Vistes que no te piden por favor y ni te dicen permiso?

Otro día en el Subterráneo un amigo mio por dar pasaje a una señora fue arrastrado por una ola de salvajes hacia afuera del tren, la puerta se cerró y el quedó-se afuera. A nosotros no nos quieren, ¿sabés? Somos como un mueble que uno lo saca por la ventana.

No soporto más las filas interminables de los bancos, no te dan adónde sentarse. En el colectivo te miran, y te miran, pero tampoco te dan lugar. Además te dan cada golpe en el espinazo para pasar. Puta que los parió, bando de cachondos y soretes. No lo pueden ser así de hijos de puta. En el banco no hay bancos, ¿vistes que increíble?

Y las calles destrozadas, sucias... rellenas de inmigrantes ilegales a vender chipá. ¡Que bárbaro! Así estamos en la Argentina. A parte de todo me molesta que haya tantos chinos, huelen raro.

Manolo ¿qué hacés? Eh... Eh... Ni me escucho. Creo que su auditivo está con defecto. Mal andamos, ¿eh? Las casas tomadas, la televisión los mismos de siempre, los políticos... Ni hablar de los políticos. He visto ya de todo, ya pasó de todo desde que la Evita estuve embarazada. Como cambian las cosas, y ni puedo más pescar en el Riachuelo.... ¡Así estamos negro! Che me voy. Me fatigué de jugar el dominó.

Las Palomitas

Fernando Schweitzer, Buenos Aires - Actor No-TELEFEsino, Director Teatral, Cantante, Escritor y Periodista



Los rumbos de la vida en tiempo modernos son por más que no se quiera múltiples. Multiplex caso quieras ir al cinema. Puéis que, decidí enfrentar mi fobia a las multi-salas. Como extraño a los cines de barrio, aquellos en que tú no necesitas siquiera leer en el diario que film están dando porque sabe que será una película impar.

Tal cual, por eses desechos de la vida he descubierto un cine “de barrio. El Cinemark de Puerto Madero está cerca de mi casa, como 12 cuadras. Entonces me propuse a ir a ver Juan y Eva. Mismo que 3 personas en el camino me tengan dicho q no lo debería ver. Paso en un súper, compro chocolates y cervezas, y llego retrasado a la sesión. Así que gracias al sistema multiplex, pude cambiar de destino, pedí por lo que estaría por comenzar. Un título muy sencillo me cautivó: “El significado del amor”.

Oí decir en algún lado que ese film tiene una narrativa cercana a de la tal "Amelie" o algo así, también de origen francesa. No la vi, no sé de que se trata y tengo rabia de quien lo sepa. Justamente por lo tipo de gente que me he hablado durante años tan animadamente de la dicha obra es que no tuve la menor gana de asistirla. Es decir, cuando un amigo me viene sonriente a invitarme para una sesión de la más nueva "no sé que pelotudes Hollywoodiana", yo sufro. Sufro por no tener un arma en mano. Sólo no sé si quiero matar al que me invitara, al dueño del cine que permite que basura comercialoide sea exhibida, a los distribuidores que imponen esas producciones de fondo no mucho o nada inerte de contenido, o a todos estos. Claro que serían tiros en vano sino lanzamos una bomba en los estudios de Hollywood.

Reírse en comedias es censo común, pero divertirse no pasa siempre. Hay tantos subtextos y conjunturas múltiples en ese film que me sentí como se viera unas 8 películas clásicas juntas. Bahia Benmahmoud es una pasionaria de los tiempos modernos. Es ella como una hippie post moderna de ultra izquierda, con métodos de acción que pocos expertos pensarían, con el lema “hacer el amor y no la guerra” y se acuesta con hombres con los que cumple el derecho de hacer cambiar de opinión, que se define a sí misma como una "de puta política", puéis acostase solamente con hombres de derecha. Este método da fruto hasta que conoce a Arthur Martin, que le suena de inmediato como un potencial fascista, debido a su discurso sobre el principio de precaución a la gripe aviar, que lo describe como paranoico, pero también su homonimia con un fabricante de electrodomésticos le ubica como un hombre provenido de una familia tradicional. Ella se da cuenta, sin embargo, que su falta de discernimiento sobre ese ser desconocido le inebrió y poco a poco se da cuenta de que ella se siente atraída por él.

Dos izquierdistas enamorados, uno de origen judía y otra árabe-argelina y yo atrapado en la trama rellena de chistes políticos, étnicos, raciales me puse como neno otra vez, sólo me faltó el carrito de palomitas de maíz, pochoclos, cotufas, poporopos, crispetas, maíz pira, cabritas de maíz, pipocas, rosetas, roscas, tostones, pururú, canchita, canguil, pororó, o cocaleca... Igual, aun recuerdo la escena en que Bahia llora y grita al dar la luz a un nene, porque ve en la televisión que Sarkozy había ganado las elecciones presidenciales.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Cerradura

Fernando Schweitzer, Buenos Aires - Actor No-TELEFEsino, Director Teatral, Cantante, Escritor y Periodista


Cara cerrada, corazón un tanto lastimado por los años, por la vida... De atendiente a fotógrafa de un cumpleaños que se conmemoraba en en comedor de la facultad... La partuza era tanta que la micro fiesta improvisada llamó la atención de todos al alrededor.

Mientras esperaba un sandwich, he recibido un pedazo de torta... Aun observaba la señora de sus 40 y picos años atrás del balcón. Seguía con la misma cara. Expresión dura, cruda, difícil de digerir. Algunos más se sumaron a los tantos que allí estaban. El canto por el cumpleaños ecuo por el salón. Risas, rostros fáciles de asimilar.

En la mesa de un todo se hablaba, desde comida macrobiótica a veganismo. Tengo fiebre y no consigo concentrarme.

viernes, 9 de septiembre de 2011

13 cuadras, ¡no más!

Fernando Schweitzer, Buenos Aires - Actor No-TELEFEsino, Director Teatral, Cantante, Escritor y Periodista


Me cago de miedo de los ratones. Sin embargo, no resisto a comer un chori en Puerto Madero, mejor dicho en la costanera. Estoy a pocas cuadras en verdad. Vivir en San Telmo es bucólico y muy romántico. Salir por calle México, adonde vivo, es algo arriscado. El exceso de casas tomadas, el olor a comida china mezclada a lo de parrilla me mata. Sigo, ya algo cansado, no de caminar, y sí por el día que llevé, siento-me al lado de Malfada. Tuvimos una charla rápida, había una fila inmensa de maquinas fotográficas a su espera... De ultima le digo: Cuidá-te con los flashes, pueden sacarte el sueño a la noche.

Saludo con la mirada los calle vivientes de Paseo Colon, cruzo rápido la avenida antes que me quieran devolver el saludo. Un par de cuadras rotas más, y distraído caso soy atropellado por el súper moderno tranvía, metro ligero, como sea... Me encanta saber que millones fueron gastos para ligar nada a cosa ninguna. La vista es bonita, pero no es la Baires de Menén la cual estoy a buscar.

No tan rápido como Fangio, pero casi tan efectivo, acelero mi caminar... Pasan por mi los carros más tops, de eses que sin robar un banco no sé cuando iré comprar. Un cachito más y allí está... Un olor inebriante, y muchas otras cosas me hacen temblar, a parte del hambre.

En silencio... todo eso no me hace ruido. Ni las gigantes torres que no me dejan ver más allá. Y así callado la maté, sí, la maté. Maté mis ganas de reencontrarme a la Baires que busqué. 13 cuadras no más. Tan poquito me bastó para llegar, pero mucho me hizo consentir, sentir.

Una cosa sola, tampoco tanto

Fernando Schweitzer, Buenos Aires - Actor No-TELEFEsino, Director Teatral, Cantante, Escritor y Periodista



Quiero estar en pareja, todavía no tengo dinero para hacerme una plástica. ¿Quién nunca se sintió la más débil de las criaturas del cosmos al ver alguien por quién está enamorado besarse con otra persona adelante de sus ojos? ¿Quién nunca pensó lo mismo que yo en ese momento?

Falta-me plata, falta-me belleza, falta-me ser menos sincero, falta-me tanto y sólo quería una cosa. Decir lo que soy es simplemente desvanecer, no me gusta las cosas obvias. Agresivo as veces... Puede ser, Puede ser. Sencillo jamás. Tan poco complicado, quizás complejo, o con varios complejos que la suerte me trajo a mi.

No, por favor hoy no me proteja, quiero sentir la altura del abismo. Hoy necesito llorar, correr, gritar, tomar... Beber, caer y levantar. No me queda otra, por más que ahorita lo único sentimiento que tengo es de hundir. Me auto flagelar en mi dolor, desaparecer.

¿Sensible? No tanto para conmocionar. ¿Factible? Viva lo que yo vivo y como vivo y lo verás. Cosmopolita en mi dolor hoy he llorado adelante de Evita. Bueno, no era la propia. Era su imagen, conturbada y mezclada al fondo por el obelisco, en fin, toda está mezcla visual hacia par con mi torre de babel interna.

Di espalda a eso, en un afán de dejar todo eso que me llena en este momento la cabeza para atrás. Me veo en cada vidriera reflejado, no me gusta. Creo que estoy de acuerdo con los que no me quieren.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Uno en la ciudad


Fernando Schweitzer, Buenos Aires - Actor No-TELEFEsino, Director Teatral, Cantante, Escritor y Periodista


Una mochila, una maleta grande y una guitarra... Obviamente llevados por alguien. La fobia de volar lo trajo por tierra al territorio porteño. El sol se traspellaba desde el Plata y por todos los lados y calentando su cuerpo que al cuarto paso adentro del terminal rodoviario.

Lejos o no de los postales vistos en películas de Darín y de los barrios típicos de Esperando la Carroza, en su retina empezaba-se a construir ya y entonces un imagen más factible de la Buenos Aires real en que vivimos.

Los colores tantos. De piel, del cielo, de las veredas, de los vendedores de ropa, libros, choripan, pancho... Algo entonces desconocido, o antes llamado de perro caliento, quizás hot-dog... En el locutorio no le atendían del hostal. De ninguno de los tres... Ya transpiraba y cambiaba la respiración. Feliz por volver vivir en una gran ciudad... Igual, transpiraba...

Estaba cerca a una de las pocas villas de Capital Federal... de un lado la veía, y al opuesta la punta de la mega torres de Puerto Madero. Tan cerca y tan lejos al mismo... Caminar tan cargado a 40°C. No estaba en sus planes... La internet, claro, la salva vidas de la modernidad... Lo que no sabéis podéis recurrir a ella y seguramente le va a safar de una.

Al conectarse justo en este momento una compañera de tiempos antiguos de facultad está también conectada. El “Hola” de ella fue algo con aura de un film de Fellini, de aquellas escenas en que se llora de alegría y se ríe de tristeza.

La piba de la recoleta, la cuál hubiera cursado un cuatrimestre de cine años atrás, vivía en Buenos Aires ya a cinco años, le invitaría a un café, y de este a un hospedaje de una semana para que le pudiera presentar la ciudad y buscarle una morada con la paciencia de los dioses y la calma de Gandhi.

Justo en ese día, 12/12/2008, conoció el helado triple sabor de Freddo, en calle Callao, y entonces también aprendió que la doble “ll” y la “y,” podrían tener el mismo sonido. Entre otras cosas más, que sólo el tiempo le iban hacerse entender y enamorarse, o no. Cada tema es uno y no podemos mezclar... Igual... ¡Ya está, boludo! Sos más uno en la ciudad...